sábado, 9 de marzo de 2024

LA MANADA OLFATEA LA PRESA

Una serie de colinas tupidas de árboles, está atardeciendo, en un escondido claro un numeroso grupo se mueve, encienden pequeños fuegos y montan tiendas. Una gran figura femenina está junto a un gran fuego, mientras su gordo lugarteniente prepara algo de comer en un cazo.

- ¿Cómo va eso Mel? Tengo hambre.-

- Un poco de paciencia Jefa, ya queda poco...-

Repentinamente la hoguera crece y se vuelve de un color azulado, los hombres corren asustados por el campamento, Mel ha caído al suelo con todo el guiso desparramado por encima, chilla como un cerdo pues se está quemando, pero la gran hembra no se ha movido y mira el azulado fuego con atención. Una mano enguantada aparece entre las llamas y lanza un pergamino sobre la enorme semiorco, que lo atrapa al vuelo. El fuego vuelve a la normalidad. Tuka está con los ojos muy abiertos, mira el pergamino con curiosidad y mucha desconfianza, pero finalmente vence la curiosidad, y lo lee:

 

A la Noble Tuka,

 

Estimada señora Tuka, ha llegado a mis oídos que andáis tras los pasos de cierta presa que se os escapó hace cosa de un año. Esa presa a la que me refiero es cierta semielfa, algo paleta y de pocos modales, de nombre Rashina. Supongo que si andáis tras ella será por buenos motivos, imagino que principalmente económicos.

El caso es que yo sé dónde va ha estar próximamente, y dado que es una información que sin duda valoraréis, he decidido dárosla. Pero una vez que la capturéis o liquidéis, simplemente recordad que me debéis un favor, cuando llegue el momento os pediré algo a cambio.

La paletilla se encontrará en la ciudad de.....en cosa de una semana.

 

Recibid Saludos.

 

La enorme semiorco está de pie, una gran sonrisa se va dibujando en su cara a medida que lee. Sus hombres se van recomponiendo y se van acercando a ella. Mel se ha puesto en pie y se limpia con un trapo todo el guiso que tiene por encima.

-¿Y bien jefa? ¿Estamos contentos?-

Tuka le mira con una gran sonrisa, mostrando sus terribles colmillos.

-Estamos muy contentos Mel. ¡Muchachos! ¡Descansad unas horas y no os preocupéis por ese fuego, Mel derramó su extraño guiso y parece que explotó! Jajajajaja. Al alba partiremos, tenemos un encargo bien pagado, y no podemos fallar. ¿Estamos?-

La panda de forajidos corean su nombre sin demasiado entusiasmo, aún temerosos de ese fuego, ninguno se ha creído lo del guiso. Tuka les mira fijamente, sonríe y grita:

-¡ORO! ¡MUCHACHOS ORO! Nos lo han prometido, y os aseguro que será una suma interesante.-

Los bandidos blanden sus armas, y ésta vez gritan su nombre con entusiasmo:

- ¡TUKA, TUKA, TUKA, LA PERRA VERDE NOS GUÍA!-

Vuelven a sus quehaceres y descansos, Tuka se gira hacia Mel de nuevo:

-Prepara otro guiso.-

Mel mira con desconfianza el fuego, y pone con un palo la cazuela de nuevo.

- No va ha repetirse imbécil. Era un mensaje muy interesante de alguien desconocido, el caso es que  nos da la ubicación de esa joven hija del herrero que se nos escapó, por tu ineptitud...-

- Jefa, el imbécil del herrero se interpuso, pensé que atravesé a los dos, ¿cómo iba a saber que esa zorrita sobrevivió?-

-¿Levantando el cadáver y mirando pedazo de imbécil?-

El robusto hombre va a responder, cuando la enorme hembra levanta un dedo, y se calla.

-Da igual, si este mensaje es cierto, en una semana tendremos a la vista a esa mequetrefe, y terminaremos lo que empezamos. Esos encapuchados han prometido una buena suma, y aunque son escoria, siempre han pagado bien. Así que mañana al alba partiremos, procura que la moral esté alta, o al acampar te daré unos cuantos latigazos para que los muchachos rían un poco...¿Estamos?-

Mel empalidece, sabe que su jefa Tuka no lanza amenazas a la ligera, sabe que hay muchas posibilidades de que lo muela a palos para que los hombres se diviertan.

-Jefa...mañana estarán todos listos al alba, y con buenos ánimos, no os preocupéis, y enmendaré mis errores, cuando encontremos a la granjera zorrita le daré lo que se merece...-

- Eso espero, en cuanto a la granjera zorrita (me gusta el mote) ya veremos, igual hay que dejársela un rato a los muchachos, hace semanas que no se divierten y eso no es bueno para la moral...ya veremos. Y ahora...¡Cocina de una vez!-

El gordo Mel se pone a guisar a toda prisa, sudando y algo pálido.

Tuka 'La Perra Verde'


lunes, 18 de diciembre de 2023

EL GRAN GALEÓN AZAHAR (FLOR BLANCA)

La gran ciudad de Calimport, todo tipo de gentes y razas van de un lado a otro, multitud de puestos ofrecen sus mercancías, comienza a atardecer y un numeroso grupo de marineros del recién llegado galeón Azahar se reúnen en una gran taberna cercana al puerto. Entre ellos hay todo tipo de razas, humanos, semiorcos, y en menor número semielfos, goblins, halflings y kobolds. Todos llevan meses en el mar, y necesitan descansar y disfrutar de la vida, así que hacen lo que hacen los marineros, entran en la taberna y comen, beben, cuentan historias y cantan canciones, algunos dejan el establecimiento horas más tarde, para ir con pasos poco firmes a los burdeles de la zona. En una oscura esquina de la taberna dos ojos brillantes vigilan a los recién llegados con suma atención, y la oscura figura espera con paciencia y una ligera sonrisa. Cuando algunos de ellos salen de la taberna ya es noche cerrada, y la oscura figura sale tras ellos con calma. Sigue a tres de ellos que se adentran por un laberinto de callejuelas, parecen algo perdidos.

- Yusuf, ¿no dijiste que el ‘Loto Rosa’ de bellas mujeres andaba por aquí?-

-Eso dijo el tabernero, pero no sé si me he equivocado al girar dos calles más abajo, todas parecen iguales.-

Una amable voz sale de las sombras.

- Caballeros, parecen perdidos, quizás yo pueda orientarles...-

Los tres marineros se giran algo sobresaltados, dos de ellos sacan rápidamente unas cachiporras. El tercero un largo cuchillo.

- ¿Quién va? ¿Conocéis las calles? Os advertimos que no tenemos mucho dinero.-

- No se preocupen señores, no soy un vulgar ladrón, ustedes son marineros de ese gran barco, ¿el Azahar, verdad?-

Titubean porque no ven a la persona que les habla...uno de ellos más borracho titubea.

-S...s...si, ¿cómo lo sabe?-

- Oh, por las ropas y por el acento y porque les vi salir del barco naturalmente, disculpen si les he asustado...-

Una pequeña figura encapuchada sale de las sombras. Dos ojos amarillos brillantes les observan desde la sombra de la capucha.

- Mi nombre es An-Randu, y conozco la ciudad como la palma de la mano, por unos cobres o algo de comer, les puedo guiar rápidamente al Loto Rosa, hay muy bellas mujeres allí, y limpias...-

Los tres marineros guardan las armas, parecen extrañamente tranquilos, y sonríen.

- Amigo, pues claro, ¡te invitaremos a unos tragos si nos sacas de este laberinto!-

- Bien, síganme caballeros.-

An-Randu los guía con habilidad, pasando por una o dos tabernas más, hasta que están completamente borrachos, deja a dos en el Loto Rosa, y sigue de juerga con el tercero, en la enésima taberna el pequeño marinero está a punto de desfallecer.

- An amigo, tengo que ir al retrete, no sé si mear o vomitar, ja, ja, ja!, eres divertido muchacho...-

Y sale hacia las letrinas de la cochambrosa y casi desierta taberna, An-Randu le sigue sigiloso como una serpiente. El marinero comienza a hacer sus necesidades, cuando el pequeño encapuchado entra en las letrinas...

- ¿Eres tu? Hay hueco muchacho, puedes orinar ahí...-

An-Randu salta sobre el indefenso marinero, sus brazos se han transformado en unas peludas garras, que con una precisión quirúrgica le rebanan el pescuezo. Casi en el mismo movimiento, le saca la túnica y las pocas pertenencias al marinero, justo antes de que éste caiga muerto en el sucio suelo de los retretes.

Una enorme figura gruñe a su espalda.

- Tranquilo colmillitos, éste ya está listo, parece que he calculado bien, ésta túnica me va como un guante.-

Se gira, y acaricia con suavidad el hocico del enorme jabalí.

- Me temo que nos tenemos que separar un tiempo amigo, corre, corre libre al norte y diviértete, te llamaré cuando llegue el momento...-

La enorme bestia parece dudar unos instantes, y acto seguido sale disparado. La pequeña figura sale tranquilamente de la cochambrosa taberna, y se dirige con calma al gran galeón.

- Bueno, bueno, pues un agradable paseo en barco me temo, esa maldito gnomo se creerá a salvo, ja, ja, ja, ¡Shiskin, pronto tu pequeña nariz colgará de mi cuello como merecido trofeo!-

La oscura figura se pierde entre un laberinto de calles en dirección al puerto...

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El enorme navío ha dejado la gran ciudad de Calimport con dirección norte hace días, es un plácido viaje por el momento, con el mar tranquilo. En cubierta hay un gran y continuo bullicio de marineros en sus tareas. Entre ellos destacan algunos guardias de la gran comitiva de la iglesia de Sune, que charlan, disfrutan del aire marino y están a sus quehaceres. Las tres heroínas que han destacado en el viaje, siguen con su infatigable tarea de escolta de la favorita del Sultán, Fátima, y han desaparecido en sus camarotes. Una noche, un pequeño marinero se ha colado en las cocinas a comer algo, no hay nadie a la vista y rebusca por la cocina. Una voz algo cascada sale de las sombras:

- Vaya, vaya, vaya, ¿pero a quién tenemos aquí?-

- La pequeña figura se gira, tiene una afilada daga en una mano, y un muslo de pollo en la otra.

- Difculpaf, ef que tenía hambre y...-

- Déjate de mierdas, sé quién eres An-Randu, Perro Loco, he oído muchas historias de tu persona.-

An-Randu deja lentamente el hueso de pollo...y queda instantáneamente paralizado.

- No voy a correr riesgos pequeño, ya te he dicho que sé quién eres. Ahora me vas a escuchar con atención. Espero que tus negocios no interfieran con los míos, yo voy tras la princesita Fátima, y no me interesa nada más, así que espero que no vayas tras la misma presa, o te tiraré al mar con tu cuello atado a un ancla...¿nos entendemos? Ahora te voy a soltar, no intentes atacar, te aseguro que no tienes nada que hacer contra mi.-

En las sombras se escucha un leve chasquido de dedos, y An-Randu queda libre, está nervioso, aunque sabe disimular.

-No os conozco, pero os aseguro que vuestra presa no me interesa en absoluto, yo voy tras la pequeña gnomo repugnante de los cascabeles...-

- Ah, perfecto, perfecto, entonces no tendré que matarte, incluso puede que me sirvas de algo pequeño...-

An-Randu entorna sus grandes ojos con desconfianza, pero ha sentido el poder que le ha atenazado todo el cuerpo, y prefiere negociar, ya le cortará el pescuezo a quien quiera que sea cuando duerma...

- Si nuestros negocios pueden coincidir en beneficio, no veo por qué no podemos unir esfuerzos, te escucho...-

- Bien, bien, esas tres zorras entrometidas están como un perro callejero con un hueso con la princesita, y necesito que la pierdan de vista, una de las zorritas es tu minipresa, así que si montamos una distracción para atraer a las tres, tu podrás hacerte con la gnomo y yo con la princesita, todos ganamos y todos contentos...-

- ¿Y qué sugieres? Estamos en alta mar, es todo demasiado complicado, demasiados guardias con muchas armas...-

- Lo sé, lo sé, no te preocupes, pronto habrá serios problemas de salud en este barco, y no les quedará otro remedio que acercarse a tierra, entonces se encontrarán con una desagradable sorpresa, verás...-

Sobre la mesa, junto al muslo de pollo se apoyan dos guantes negros, una capucha se acerca ligeramente a una de las grandes orejas de An-Randu y susurran unas largas frases. La sonrisa de An-Randu se va ensanchando más y más, hasta convertirse en una carcajada.

- Ja, ja, ja, magnífico, magnífico, creo que eso me será de gran ayuda en mi caza, no interferiré en vuestros asuntos si vos no interferís en los míos...-

- Bien, bien, como te dije todos ganamos, bueno ésta panda de pijos estirados y relamidos no claro, je, je, pero tu y yo si, tendrás a tu repugnante gnomo en un saco en breve muchacho, y yo a la princesita para asuntos que no te conciernen...-

La encapuchada figura vuelve a sumergirse en las sombras, dejando un leve susurro...

- Recuerda An-Randu, te conozco y conozco tu nombre, que no se pase por tu cabecita una ligera traición o sufrirás dolores que no has conocido nunca...-

An-Randu hace una cortés reverencia, sonríe y vuelve a agarrar el muslo de pollo más tranquilo y contento.

- Descuidad, An-Randu tiene palabra, y está de caza, no tenéis nada que temer de mi...-

Se ha quedado solo de nuevo en la cocina, y sigue rapiñando piezas de comida aquí y allá, hasta que encuentra una botella.

-Mmm un licorcito para calentar la tripa y el espíritu, después de éstos sobresaltos me vendrá bien un traguito o dos...bueno Shiskin ¡a tu corta salud!-largos tragos-¡tienes un cita con mi saco, ja,ja,ja!

Deja la cocina silenciosamente para perderse en las sombras del gigantesco navío, que sigue surcando los mares tranquilamente, con una suave y cálida brisa, y un mar plano.

 

AN-RANDU VIGILA A SU PRESA, RONDANDO CADA VEZ MÁS CERCA

lunes, 6 de noviembre de 2023

DANDO EL PARTE

Un claro en altura, hace algo de viento, pequeños árboles y arbustos salpican espaciadamente la zona, en el centro, tres figuras están reunidas junto a un fuego, sus caballos atados cerca.

Una mujer entrada en años, envuelta en largos ropajes negros y con unas extrañas gafas negras habla con voz seca.

- Muchachos alimentad el fuego, tengo que hacer algo...-

Dos grandes hombres, uno gordo y otro con largas melenas responden casi al unísono.

- Si Má.-

Alimentan la hoguera, que arde con más intensidad. La mujer entorna los ojos hacia sus hijos.

- Ahora id a dar un paseo, o mejor ¿por qué no os laváis un poco? Apestáis a caballo.-

El más gordo responde.

- Pero Má, nos lavamos la semana pasada y...-

La mujer levanta un escuálido y largo dedo, si decir nada, el gordo se calla y baja la mirada.

- Más razón, daros un lavado, al menos bajad el olor, se os huele a millas, mientras yo tengo que hacer algo, ale.-

Hace un gesto con la mano que no da lugar a discusiones, y los dos grandullones se van del claro con la cabeza baja y refunfuñando.

La mujer espera unos minutos y se gira hacia el fuego, que se refleja vorazmente en sus negros anteojos, hace unos rápidos gestos y lanza una pequeña gema a la gran hoguera, que inmediatamente cambia a un color azul enfermizo, y toma una forma oval, grande, sin dejar de arder. Una figura comienza a formarse en el óvalo, es una anciana, con varios tatuajes en la cara, muchas arrugas y cara de muy pocos amigos.

- Mog, al fin, esperaba noticias tuyas, ¿cómo van las cosas en esas tierras de bárbaros?-

La segunda anciana hace una ligera reverencia sin demasiado entusiasmo.

- Milady Cospedaar, siempre es un placer charlar con vos. Pues esta pequeña excursioncita que me habéis encargado, me está saliendo muy cara Mi Señora, parece que esos mierdecillas de enanos son competentes y han liquidado a varias de mis mascotitas, además han acabado con mi gran alfa, y esa me costó sudores y mucho oro...-

- Ya, ya, se os pagará, no os preocupéis, lamento vuestras pérdidas, pero tened en cuenta que los componentes que gasté para enviaros allí tampoco son baratos. Bueno, todo eso es muy interesante, pero lo que quiero saber es qué narices ha pasado con mi joven discípula...-

La figura de negro tuerce ligeramente el gesto.

- Si os soy sincera no tengo ni idea Milady, yo jugué el papel que me encargastéis, avisando a vuestra pequeña discípula, para que supiera el cuándo y el dónde, pero no sé más de vuestros grandes planes, y no sé qué hizo esa cara bonita después, sólo me dijo con esa vocecita de pajarito enfermizo, ‘estupendo, no os retraséis con esa emboscada, yo haré mi parte...’ o algo así, muy subidita va esa muchacha, a lo mejor deberíais darle algún correctivo para...gggghhhh-

La voz de la anciana se corta abruptamente, Cospedaar a levantado un dedo.

- Me gusta que acatéis órdenes Mog, me gusta que defendáis el norte de nuestra amada tierra, y me gusta que normalmente cumpláis vuestra palabra, PERO NI SE OS OCURRA SUGERIR CÓMO HE DE EDUCAR A MIS DISCÍPULOS.  Recordad que ella es una mago rojo, está muy por encima de vos, y si decidiera liquidaros a vos o a vuestros repugnantes engendros, no lo vería con malos ojos...-

La anciana enlutada cae de rodillas, no puede respirar...Cospedaaar baja el dedo, al fin, toma aire con ansiedad, a punto de desfallecer.

- Dis..discu...disculpad mi Señora no pretendía...-

- Lo sé, lo sé, disculpas aceptadas. Rondad la zona, procurad seguir a esos enanos, aunque imagino que pronto os perderán, pero no dejéis de hacer guardia por allí, quizás más adelante os tenga que hacer un nuevo encargo...-

- Pero Mi Señora, tengo obligaciones en el Tarchion, no puedo estar meses tras unos enanos mugrosos...- La anciana enlutada cierra el pico, muy seria.

- No os preocupéis por vuestro feudo, estará seguro mientras realizáis estos pequeños encargos para mi, son importantes, así que procurad cumplir, os aseguro que se os compensará. Mientras esos enanos hacen lo que sea que hagan en su asquerosa ciudad, me da que esa hechicera y esos penosos sacerdotes Mulhoranos se acercarán a algo que es de mi interés. Repito vigilad la zona, para cuando salgan, mientras podéis hacer alguna cacería por ahí, seguro que encontráis una presa digna de vuestras habilidades.-

La anciana enlutada sonríe.

- Oh Milady, música para mis oídos, honrar al Viejo Cazador, eso siempre está bien, nos quedaremos en la zona entonces descuidad, si salen de esa ciudad enana, esperaremos vuestras instrucciones. Pero ¿podría encargarme de esa hechicera rubia y pijina? Liquidó a mi alfa, me ha costado una fortuna...-

La vieja Cospedaar la mira como miraría un excremento de paloma en su bota.

- Cuando salgan, puedes hacer con la hechicera como plazcas, pero ándate con cuidado Mog, esa hechicera no es una de tres al cuarto, ya me he informado, es una maga competente y podría sorprenderte. Además va acompañada de esos sacerdotes, no infravalores a los Mulhoranos, ya sabes que son poderosos y problemáticos.-

La anciana enlutada hace una reverencia, esta vez con más educación.

- Seré cuidadosa Milady.-

- Bien, si te enteras de algo más, no dudes en contactar, por las molestias.-

Una bolsa cae al suelo junto a la enlutada con un ligero tintineo, y el espejo de fuego se cierra sin más, la hoguera vuelve a la normalidad. La anciana recoge la bolsa con ansiedad y mira dentro.

- Bueno, no está mal, podría ser un poco más, pero bastará. Ésta vieja, no es rica por nada, ¿qué buscará tras esos enanos? En fin zapatero a tus zapatos, pero esa hechicera pija va a lamentar haber pateado la cabeza de mi pobre alfa montaña abajo, ya lo creo.-

- Má...ya estamos limpios como dos pijitos de ciudá.-

Los dos grandullones han vuelto, algo más aseados aunque no mucho, y repeinados eso si, ambos llevan sus grandes sombreros en las manos en modo humilde y miran a su vieja madre esperando aprobación. La anciana les da unos cariñosos cachetes a ambos.

- Muy bien muchachos, muy bien, así da gusto miraros.-

Ambos sonríen complacidos.

- En marcha, vamos a intentar seguir a esa panda de zurullos con barba del carro...-

- Má...estuvimos hablando, y...nos preguntábamos si nos dejarás a la rubia pá jugar un poco...-

La anciana sonríe ya montada en su caballo.

- Muchachos tenemos que esperar un poco, pero cuando yo os diga, podréis jugar con la rubia todo lo que queráis...-

Los dos grandullones sonríen mucho, se miran el uno al otro, hacen gestos bastante obscenos. Las tres  figuras inician un galope cuidadoso por las montañas, siguen una presa importante...

                                                   Mog 'Ojos Negros'


sábado, 21 de octubre de 2023

NUNCA ES BUEN NEGOCIO METERSE EN ASUNTOS DE BRUJOS

 

El vetusto mercenario Agamenón se deslizó colina abajo a considerable velocidad, sorteando cedros, piedras y arbustos con una agilidad que normalmente no se correspondería con su un tanto fornido corpachón y machacada apariencia. Pero el veterano mercenario era capaz de actos casi prodigiosos a la hora de salvar el pellejo. A lo largo de su dilatada carrera, se había convertido en un experto en ello.

Colina arriba se oían los últimos estertores de una buena bronca, pero el ruido de armas y los gritos de guerra habían terminado, y solo quedaban algunos aullidos de agonía.

Se secó el sudor de su frente y tomo aire, maldiciendo tanto el peso de su armadura de escamas como el ruido que hacía. La hubiese tirado por ahí, de no valer una fortuna y temer recibir algún flechazo o artera cuchillada en cualquier momento.

 

-Malditos mercenarios traicioneros… Ya no se puede confiar en nadie… – se lamentó, olvidando sin duda las veces que había sido él el traidor y no el objeto de la misma. 

 

Agamenón era popularmente conocido como “el Carnicero de Ángelos” por amigos y no tan amigos, todo a cuenta de un asalto y un saqueo especialmente cruento en el cual él y sus mercenarios (totalmente ebrios) habían asaltado la teóricamente aliada ciudad de Ángelos y no habían dejado piedra sobre piedra (ni nada que no estuviese clavado al suelo de manera bien firme). La verdad es que no recordaba mucho del asunto, salvo despertarse rodeado de ánforas de vino vacías y abrazado a un pesado candelabro de plata… Pero a cuenta del asunto sus contratantes le habían despedido e intentado ejecutar y además se había labrado una reputación un tanto nefasta, incluso entre los no muy selectos círculos de los mercenarios, de modo que él y su compañía de alegres corta-cuellos habían acabado relegados a contratos cada vez más marginales, peligrosos y peor pagados, y además bien lejos de los lugares acostumbrados.

Finalmente habían acabado exiliados a la lejana y exótica Nilia Oriental, donde se decía que siempre se buscaba mercenarios sin escrúpulos y dispuestos a todo tipo de trabajo sucio, pero donde se pagaban adecuadamente la competencia.

 

El decadente ambiente sureño y las constantes intrigas de la corte de Python le habían venido como un guante a Agamenón. No le faltaba trabajo a la hora de defender el asediado trono del petrimetre que se auto-proclamaba faraón (en realidad poco más que una marioneta alternativamente controlada por una facción u otra de la corte). Y como, salvo alguna excepción, la defensa consistía en salvaguardar el pellejo del faraón contra sus “leales” súbditos, o arrestar y aterrorizar a oponentes a su voluntad (o mejor dicho, a la de la camarilla que controlaba en ese momento al monarca), la vida le era fácil, y no le faltaba oro en la bolsa, buen vino en la copa y alguna concubina que le calentase el lecho durante las frias noches. La vida le volvía a sonreír.

Y entonces el chavalín ese, que se sentaba en un trono tres veces más grande que él, le había ordenado ponerse a las órdenes de un tío tan tieso y seco como una momia – un maldito brujo del tres veces maldito e infame Circulo Negro –. Y Agamenón se había dado cuenta al instante que se le había acabado la vicoca. El brujo había tomado a varios de sus mejores muchachos para algunos trabajos, y se los había devuelto… cambiados. Con miradas ausentes y aparentemente concentrados en algún trabajo encomendado, más que en oro, juerga y mujeres (como era de rigor entre ellos).

Además, el brujo finalmente le había enviado con alguno de sus mercenarios a la lejana y – para Agamenón – nada atractiva Kadesh a hacerse con una estúpida estatuilla, y encima le habían impuesto la compañía de uno de los sirvientes de confianza del brujo: una bestia enorme y coscura como la noche, armado hasta los dientes y con una espantoso – y, en su opinión, estúpido y poco práctico – yelmo en forma de calavera cornuda.

Y lo que era peor, aparentemente varios de sus muchachos habían decidido servir directamente al Circulo Negro y le habían traicionado, dejándole a merced de esa artera y silenciosa duendecilla psicópata que había surgido de la nada para amenazarle con rebanarle el pescuezo si sus mercenarios no deponían las armas y dejaban marchar a los chiflados de los colegas de la duende. En ese momento ese perro de Ballesta y varios más habían decidido que la misión era más importante que la vida de su jefe, y se habían amotinado, atacando a los que le permanecían fieles. Malditos fuesen. Y sobre todo el dichoso brujo.

Nunca es buen negocio meterse en asuntos de brujos…

 

Absorto en sus pensamientos, pero aún así alerta y sigiloso como una serpiente, Agamenon siguió descendiendo por la colina, camino de donde habían dejado los caballos. Planeaba montar uno y no parar hasta llegar a la costa; y que los dioses maldijesen la misión, la estatua y a todos los brujos del mundo.

Sin embargo, al poco percibió que no era el único que bajaba presuroso por la ladera, alguien más se dirigía hacia las monturas, rápido y más bien ruidoso. O un necio o alguien muy desesperado.

El viejo mercenario, sigiloso, oteo desde unos arbustos y vio que, efectivamente, uno de sus muchachos se dirigía  a toda prisa hacia él. Se trataba de Xophon, un veterano malencarado y duro como el cuero viejo que llevaba bastantes años a su servicio, a menudo como guardaespaldas suyo. Siempre le había considerado fiel; al menos hasta ese día, que había visto como se había puesto de parte del condenado Ballesta. De hecho, Xophon era uno de los mercenarios que el brujo había tomado a su servicio durante unos días, y ahora estaba visto que todos esos desgraciados ya no eran de confianza y que ese maldito sureño les había sorbido bien la sesera. 

Estaba claro que es lo que tenía que hacerse…

 

Xophon! – llamo, oculto entre los matorrales, alterando algo su voz para parecer la de otro de sus muchachos.

 

El mercenario se detuvo en seco y miró a los matorrales sorprendido

 

-Chritias ¿eres tu? – Susurró

 

-Ayúdame, amigo

 

Xophon se interno entre los matorrales, buscando al que creía un compañero en apuros, y no tuvo tiempo de percibir su gran error, porque Agamenon surgió de entre las sombras y con gran rapidez le agarró y le hundió su corta espada dos veces en la espalda. El desafortunado individuo graznó agónico, mientras se debatía, pero el asaltante no soltó su presa ni un instante

 

-Lo siento, Xophon, pero no debiste traicionarme… - gruño, hundiendo una vez más su espada en el agonizante mercenario. Este se convulsionó una vez más, exhaló un último aliento, y dejó de debatirse. Agamenon lo dejó caer, y el cadáver rodó entre los arbustos.

 

-Maldito brujo, mira lo que me has forzado a hacer. Conocía a Xophon desde hacia diez años, y hasta no me caía mal… La vida no es si no un camino de penurias, rodeado de un mar de lagrimas, el cual observan los crueles dioses con regocijo… – comenzó a declamar en tono filosófico, como solo un helénico podría hacer, a la par que sacaba una petaca y daba un buen trago; pero súbitamente cesó en seco - Eh ¿Pero qué demonios…?

 

Las sombras de los árboles y los arbustos comenzaron a alargarse lentamente hasta rodear el cadáver del desafortunado Xophon, envolviéndolo en su tenebroso abrazo. La temperatura bajó de pronto, y el bosque quedó súbitamente en silencio; de hecho pequeñas alimañas e insectos que rondaban por los alrededores se dieron a la fuga precipitadamente, o se acurrucaron aterrorizadas en cualquier escondrijo. Agamenón dio varios pasos hacia atrás, aterrorizado, mientras su jadeante aliento formaba volutas de vapor.

 

-Brujeria… - Murmuró, lívido

 

El cadáver sufrió una convulsión. Exhaló un largo y agónico gemido, borbotó un montón de sangre, y se puso nuevamente en pie, tambaleándose como si no recordase bien como caminar, como un borracho con una buena cogorza. Su piel era pálida como el mármol, de las heridas en la espalda seguían manando hilos de sangre, pero esta era ahora negra y coagulada; sus manos se abrían y cerraban convulsivamente, con una tensión y fuerza descomunal, y lo peor de todo, sus muertos ojos fulguraban con un sobrenatural y enfermizo resplandor verde.

 

Agamenón gritó de horror y salió corriendo como alma que lleva el diablo, casi dejando caer su ensangrentada espada y hasta su amada petaca.

 

-Ares, protégeme de estas oscuras artes – sollozaba, esperando que en cualquier momento el cadáver ambulante cayese sobre él y lo destrozase y arrojase su alma al Tártaro – Te sacrificaré un jugoso cordero y un ánfora de buen vino, y juro limitarme a la guerra limpia y honesta… no me involucraré de nuevo en estos líos... ¡Nunca es buen negocio meterse en asuntos de brujos!

 

Bien porque las plegarias a Ares funcionaron, o más probablemente porque el horrible no-muerto tenía otros imperativos más allá de vengar su muerte, el finado Xophon observó con total desinterés como el viejo mercenario salía corriendo. Su mirada recorrió el bosque a su alrededor. Luego, fijando su fulgurante mirada en un punto, comenzó a avanzar decididamente en esa dirección, como si algo le llamase…


El veterano y desafortunado mercenario Agamenón, el Carnicero de Ángelos

sábado, 26 de agosto de 2023

Amantes de Jhaeryna Viconia

La reputada archimaga Jhaelryna Viconia es en la actualidad una de las más poderosas hechiceras del pueblo élfico. Polémica y con tendencia a la arrogancia y al histrionismo, muchos la consideran difícil de tratar, y en algunos círculos su peculiar personalidad la ha hecho ganar pocas simpatías. Naturalmente su larga y prolífica carrera de aventurera le ha granjeado un sin fin de rivales y enemigos, pero también un número creciente de encuentros en el amor. Nunca se ha ligado mucho tiempo a un amante por su complicada personalidad, la mayoría de las veces piensa que no están a su altura, y termina despreciándolos. Tras un encuentro con su Dios Corellon Larethian, que decidió que era un buen especimen para llevar un descendiente suyo, quedó embarazada y más tarde dió a luz a una bella elfa dorada de nombre Nimeria. Tras éstos hechos, Jhaelryna quedó traumatizada, porque como es natural no lograba experimentar ningún placer con ningún amante que se asemejara a las habilidades de su Dios, además de temer serias represalias de la esposa de Corellon, Angharradh en el momento que se enterase de que la había engañado con una simple elfa. Con todo ello y su complicada personalidad, en los últimos tiempos anda a la búsqueda de experimentar algún placer amatorio, lo que la ha desquiciado considerablemente, tan sólo en un par de ocasiones logró cierta satisfacción, con una genio del agua y más recientemente con un Titán(Parece ser).

Jhaelryna fue una bella elfa dorada en su juventud, de esbelta figura, y aunque actualmente en la madurez ha ganado algo de peso, aumentando considerablemente sus curvas, especialmente en el pecho y el trasero, conserva un fuerte atractivo, sus grandes y penetrantes ojos de color púrpura (una señal y rareza entre los elfos), su fama y poder le siguen dando un gran poder de seducción. Ha perdido gran parte de la arrogancia de la juventud, aunque mantiene ocasionales dósis como buena elfa dorada, y ha cambiado cierta sobriedad y timidez, hacia un ‘no tengo tiempo que perder’ que en varias ocasiones deja la seducción de lado para ir directamente al grano sin dar muchos rodeos cuando quiere llevarse a alguien al catre.

Aunque sin duda la archimaga ha mantenido muchos más encuentros amorosos fugaces, algunos de los más destacados amantes que han pasado por la alcoba de Jhaelryna son los siguientes:

Previos al encuentro con Corellon.

1) Nimessir Mirasaloor: Su primer amor inocente y muy romántico, se conocieron en la escuela de magia, y quedaron prendados el uno del otro, ambos tenían un gran interés en la literatura y en la magia. Pero el amor fue fugaz, y aunque no terminaron mal se distanciaron. Nimessir es hoy un notable bladesinguer, elfo dorado, residente en Evereska.



2) Kantor ‘El Lobo Verde’: En uno de sus primeros viajes de juventud, Jhaelryna coincidió con una pequeña comunidad de elfos salvajes, y pronto le llamó la atención este rudo, fuerte, alto y apuesto elfo salvaje, con el que mantuvo un fugaz idilio en los bosques de Cormanthor. Jhaelryna guarda buen recuerdo de este encuentro, como un amor salvaje, apasionado y corto. No ha vuelto a saber nada de éste impresionante explorador.



3) Kalindoor Sulvanessar: Un apuesto caballero elfo que Jhaelryna conoció en Silverymoon en una subasta en la que se hizo con una casa y una importante biblioteca. El caballero le llamó la atención por su atractivo y buenos modales, tras una agradable cena y mucho vino, ambos se dedicaron a las artes amatorias en la recién adquirida propiedad de Jhaelryna. Quedó muy satisfecha, pero a la mañana siguiente el caballero había desaparecido, dejándola una bella carta con un ramo de rosas. Jhaelryna no lo sabe, pero el bello caballero era en realidad un hermoso dragón de plata, al que le cayó en gracia la elfa y tenía ganas de retozar, su verdadero nombre es Sulnessar Silvermoon y reside en la inmediaciones de Silverymoon, ciudad que visita ocasionalmente.



4) Talemin Samessin: Un atractivo elfo dorado que conoció en una biblioteca de Evereska cuando ambos buscaban el mismo tomo, la coincidencia terminó en una larga conversación por unos bellos jardines, unas copas, y ambos desnudos y sudorosos sobre una alfombra de piel de oso polar. Tuvieron varios encuentros y en uno de ellos fueron interrumpidos por una serie de pequeños elementales de fuego que salieron de la chimenea y quemaron la alfombra y otras pertenencias de Jhaelryna, una advertencia de la hermandad de la espada, porque Jhaelryna se había inmiscuido en algunos de sus oscuros planes. El apuesto Talemin posteriormente fue el que la enseñó el poderoso conjuro de construcción élfico, que tantas veces ha usado Jhaelryna a lo largo de su carrera, en la construcción de viviendas, y muy especialmente en su gran proyecto, la Universidad del Cisne Plateado, en la inmediaciones de Waterdeep. Jhaelryna guarda muy buen recuerdo de Talemin, y aunque hace años que no le ve, mantendrá una ocasional correspondencia con él, al que aprecia sinceramente.



5) Jacinth Cascabeldeamapola: Jacinth es un apuesto Pixie, pertenece a una pequeña comunidad de estos seres residentes en un bosque cercano a Myth Dranoor. Los caminos de Jacinth y Jhaelryna se cruzaron por casualidad, cuando la maga con unos compañeros entraron en los dominios de los Pixies de paso en una misión, el caso es que terminaron en una gran fiesta Pixie, en la que fueron objeto de multitud de bromas y chanzas, y Jacinth aprovechando que la maga había bebido uno de sus misteriosos brebajes y estaba medio ida, se transformó en un apuesto elfo dorado, y mantuvieron un prolongado idilio durante, Jhaelryna no sabe cuantas noches, pero fueron varias. No recuerda mucho de este encuentro, aunque no recuerda que fuera malo, tiene cierta nebulosa con el licor Pixie. No ha vuelto a tener contacto con Jacinth ni sabe de su paradero.



6) Hook ‘el infame’: Jhaelryna conoció a Hook hace muchos años, y durante varios de ellos estuvieron bastante unidos, viviendo multitud de aventuras juntos. El continuo contacto y sobre todo cierta curiosidad, hizo que pasaran una noche juntos, pero Jhaelryna, al menos, no guarda buen recuerdo de ello, ni quedó satisfecha, ni le pareció buen amante, y se ha arrepentido de este encuentro muchas veces. Tras muchos años de amistad, Jhaelryna descubrió las andanzas de Hook en la Universidad, entre otras cosas una gran excavación a sus espaldas que había removido la antigua Torre de las Tres Diosas en Una, causando problemas con visiones y fantasmas en la Universidad. La cólera de Jhaelryna no tenía límites, por los trapicheos de Hook en la Universidad que le había rogado durante años un cargo allí, Jhaelryna se sintió profundamente defraudada y traicionada, y no perdonará a Hook por lo que hizo allí, vetándole la entrada y cualquier cargo dentro de la Universidad de por vida. Aunque aún se ven ocasionalmente y se ayudan en momentos de necesidad, la relación se ha enfriado mucho, y Jhaelryna procura mantenerse alejada de Hook y mantenerle alejado de sus proyectos.



7) Kassmir Moonfist: Un apuesto caballero elfo de plata, uno de los más queridos primos de Eliara Moonfist. Jhaelryna siempre ha tenido una relación complicada con la famosa Bladesinguer Eliara Moonfist, los rumores dicen que al poco de conocerse la metepatas de Eliara le dijo que tenía el culo gordo, y que desde entonces el odio de la archimaga es infinito (en parte por decir la verdad, las posaderas de la maga han ido ensanchando debido a su vicio con los transportes mágicos), en múltiples ocasiones Jhaelryna la metió en un Maze, mandándola a pensar cada vez que la cabreaba. Aún así han convivido y vivido muchas aventuras juntas, en las que a pesar de no llevarse del todo bien, si han actuado como aliadas. Hoy en día se llevan considerablemente mejor, ha raíz de su mutuo repudio por Hook. El caso es que en una ocasión, Jhaelryna visitó a la familia de Eliara, los Moonfist, ha raíz de una investigación sobre la espada familiar de este clan, y allí decidió que debía tener una pequeña venganza hacia Eliara, así que decidió dar un repaso a su primo favorito, el apuesto y no muy listo Kassmir, que quedó prendado de Jhaelryna tras una noche de pasión, y esta con suma educación le dejó abandonado sin muchos miramientos, dejándolo ciertamente entristecido. La archimaga no sentía una especial atracción por Kassmir, aunque estaba de buen ver, lo hizo por castigar a Eliara, que tuvo que soportar varios años la tristeza y continuas preguntas por la bella Jhaelryna de su primo Kassmir.




8) Aristor Snowrose: Un apuesto y elegante Aasimar al servicio de Sune, se cruzó con Jhaelryna en una importante aventura en la que perseguían objetivos comunes. Jhaelryna quedó absolutamente prendada del bello Aasimar, de su estilo y buen gusto, además de ser un seductor nato. Mantuvieron un apasionado idilio, tras el cuál a Jhaelryna le gustó aún más, pero tan pronto como había aparecido en el camino de la archimaga desapareció, y le perdió la pista durante un largo tiempo. Jhaelryna podría haberse enamorado de Aristor si hubieran pasado más tiempo juntos, era perfecto para ella, con gustos caros y exquisitos, buen conversador, y gran amante, siempre lamentará no haberse quedado más tiempo junto a él.




9) Amsi-Anhurothep: En una de sus aventuras Jhaelryna viajó a tiempos pasados, concretamente al antiguo imperio de Mulhorand entre otros lugares. Allí se topó con un apuesto e imponente sirviente del dios Anhur, un Aasimar musculoso, alto, y duro. La archimaga se encaprichó del alto sacerdote, y con tacto lo sedujo. El duro en el campo de batalla Amsi terminó casi sin aire debido a las incansables artes amatorias de la elfa, que parecía no cansarse del musculoso Aasimar. Sus caminos se separaron rápidamente debido a que la archimaga tenía que encontrar un medio para volver a su tiempo, para alivio del sacerdote, pues tras su encuentro con Jhaelryna estuvo en cama varios días.




10) Corellon Larethian: Jhaelryna y varios de sus compañeros fueron sometidos a unas duras pruebas por sus respectivos dioses, entre los cuales había surgido una discusión por cuál de sus campeones sería el mejor. El caso es que tras una serie de pruebas en las que los héroes salieron triunfantes por los pelos, hubo una fiesta de celebración en su honor, y varias manifestaciones de los dioses se acercaron a ellos. Jhaelryna al ver a Corellon quedó deslumbrada como era natural, y al dios le hizo gracia, y consideró que sería un buen receptáculo para un descendiente, a saber qué hay en la mente de los dioses. El caso es que sin mucho esfuerzo sedujo a la archimaga y pasaron una apasionada noche juntos, en la que Jhaelryna experimentó el mayor de los placeres y éxtasis que había conocido en toda su vida. Además quedó embarazada, más tarde daría a luz a una bella elfa dorada a la que nombró Nimeria Viconia, para evitar sospechas sobre su paternidad, pero Corellon decidió ponerla a buen recaudo y se la llevó sin dar explicaciones a la madre. Jhaelryna a partir de este encuentro cambió profundamente, primero por su gran temor a las represalias de Angharradh, esposa de Corellon, y segundo porque no conseguía experimentar ningún placer tras el encuentro con su dios. Desde entonces anda en una búsqueda incansable de amantes, cuanto más exóticos mejor, para intentar experimentar placer, la lista va aumentando sin demasiado éxito, y la archimaga anda con ciertas prisas, ya que cree que en cualquier momento la diosa Angharradh se enterará de la infidelidad y la hará pedazos, así que, al menos le haya dado tiempo a disfrutar lo posible de la vida y sus placeres. Jhaelryna padece una seria crisis desde su encuentro con Corellon y parece más desquiciada de lo normal, dando lugar a muchos encuentros amorosos y no pocas situaciónes cómicas. Pero sigue siendo una archimaga, y una archimaga desquiciada siempre puede ser un peligro.

Posteriores al encuentro con Corellon


11) Aristor Snowrose (bis): Jhaelryna tuvo un encuentro posterior a Corellon, con el bello Aristor y su corazón se llenó de felicidad al tenerlo de nuevo junto a ella, pero para su desgracia, tras una noche de pasión, descubrió que ya no sentía lo mismo que cuando le conoció, debido al encuentro con Corellon, ya no experimentaba los mismos placeres que antes, lo cual la sumió en una gran tristeza y desesperación, y aunque guarda un gran recuerdo de Aristor se alejó nuevamente de él, y comenzó la búsqueda de nuevos placeres.



12)  Madreperla: Una bellísima y elegante Marid, genio del agua. Madreperla y Jhaelryna se conocieron en un viaje que hizo la archimaga junto a su amiga Mara, sacerdotisa de Istishia, por el plano del agua, ambas amigas necesitaban ciertos componentes mágicos de éste plano, y tuvieron que hacer un largo viaje por él, tomando un lujoso crucero, donde Jhaelryna conoció a la bella genio. Mantuvieron una agradable e interesante conversación, y el viaje se alargaba, la archimaga se aburría, y decidió probar algo nuevo, y dado que la genio no parecía reticente, pasaron varias noches juntas en un lujoso camarote del navío que las llevaba por el plano del agua. Fue la primera vez que Jhaelryna probaba con el género femenino y quedó encantada, fue la primera vez que experimentó placer tras el encuentro con Corellon. Aunque actualmente no se ven a menudo, Jhaelryna mantendrá contactos esporádicos con la genio, ya que le gustó mucho la experiencia, y la agradable conversación. Probablemente visitará a Madreperla ocasionalmente cuando viaja a su santuario en el plano del agua. Tras el encuentro con la genio, Jhaelryna se da cuenta de que no es estrictamente heterosexual, aunque sigue sintiéndose más atraída por el género masculino, a partir de éste idilio no hará ascos a experimentar nuevas formas de amar.




13) Kimessin Talidontaar: Un joven y atolondrado estudiante de la escuela de adivinación en la Universidad. Jhaelryna impartió algunas clases en las que se encontraba el joven Kimessin, y al ser un atractivo elfo dorado, la archimaga se encaprichó de él. Dadas las nuevas prisas de la archimaga y para evitar rumores, se disfrazó con potentes ilusiones con una bella e inocente elfa dorada y siguió al joven Kimessin por todas las bibliotecas de la Universidad, observando sus lecturas, para aparecer junto a él siempre con libros que este necesitaba. Lo sedujo rápidamente y pasó algunas noches con él, contenta por haberlo conseguido, pero de nuevo decepcionada por no sentir a penas placer junto al joven elfo. Kimessin sigue estudiando en la escuela de magia y a veces suspira por la joven elfa que lo sedujo, deambulando por todas las bibliotecas buscándola sin éxito. Dado cómo está la cabeza de la archimaga, puede que en alguna ocasión se le crucen los cables y vuelva a pasar alguna noche con el desdichado Kimessin.



14) Tsevalin A-Kandil: Un despistado y altivo profesor en la escuela de magia, siempre va de un lado a otro con un montón de pergaminos o libros bajo los brazos, y siempre llega tarde a sus clases, muy ocupado y estresado. El caso es que a la archimaga le cayó en gracia, a pesar de sus despistes es atractivo, y cuando a Jhaelryna se le mete alguien entre ceja y ceja, ese alguien está perdido. El caso es que de nuevo se disfrazó con potentes ilusiones de una joven estudiante elfa tremendamente atractiva, morena, con grandes ojos verdes y curvas de infarto, y se infiltró en varias de las clases de Tsevalin. Sugestionando a estudiantes y al desdichado profesor para hacerles creer sin ninguna duda que esa estudiante llevaba con ellos todo el curso. Poco a poco se fue acercando más y más al profesor, hasta que lo arrinconó en su despacho, y el pobre cayó rendido a sus encantos. De nuevo Jhaelryna disfrutó del triunfo, pero siguió con su interminable frustración por no sentir a penas nada.




14) Gaelith y Laranwen: Estas dos nobles jóvenes elfas de plata llegaron a la ciudad de Waterdeep con una gran delegación de Evermeet, y como casi toda la delegación se alojaron en la lujosa posada élfica de Waterdeep. Allí se encontraron con la famosa archimaga sin saber quién era, la cuál llevaba de juerga toda la noche con un importante colocón, las dos jóvenes intercedieron para que no la echaran de la posada, y en agradecimiento Jhaelryna las invitó a cenar y a más alcohol. Una cosa llevó a la otra, y terminaron las tres en una lujosa habitación de la posada, pasando una tórrida noche. Jhaelryna a penas recuerda este encuentro por lo borracha que iba, pero las dos jóvenes elfas si lo recuerdan, y se lo pasaron muy bien, aunque después descubrieron quién era su madura amante, y por supueseto pronto corrió el rumor por Evermeet a su regreso. Sin duda los nobles familiares de Gaelith y Laranwen (que para colmo son primas hermanas) no estarán muy contentos creyendo que la famosa archimaga se aprovechó de sus pequeñas.




15) Altessanar Silvius: Un imponente, serio, alto y atractivo elfo de plata, Altessanar es un alto sacerdote de Corellon. Los caminos de Altessanar y la archimaga se cruzaron, cuando esta con un grupo de aventureros amigos salvaron a la comunidad élfica a la que pertenece Altessanar y les encontraron una nueva residencia en la isla del Sagrado Templo del Sol, donde poco a poco va prosperando la pequeña comunidad. La archimaga visita habitualmente la comunidad, ayudándolos con comida y ha construir residencias adecuadas a los suyos con su magia. En una de estas visitas la archimaga se encaprichó del serio y altivo sacerdote, y en una pequeña fiesta se acercó a él sin muchos miramientos, y consiguió seducirle. Pasaron una noche juntos, y aunque Jhaelryna, para su desespercación, no sintió nada de nuevo, guarda un agradable recuerdo de este encuentro. Lo que desconoce es que Altessanar está casado, y su mujer que vive en la comunidad se la tiene jurada, pues se enteró de la infidelidad de Altessanar y este para salvar el cuello echó la culpa a la poderosa archimaga, contando a su mujer que sin duda le había hechizado con sus poderosos conjuros, que el jamás la habría engañado de otra forma, bla, bla, bla. La elfa despechada terminó por creerle, y guarda un profundo rencor hacia la archimaga, que sin duda algún día saldrá en forma de alguna revancha.




16) Lissander Elisath: Un atractivo y cachas soldado, elfo de plata, también forma parte de la pequeña comunidad residente en la isla del Templo del Sol. Jhaelryna en otra ocasión visitó la isla con Hook, y en una pequeña fiesta, ambos se separaron a ver qué encontraban en la noche. Hook se fue con tres jóvenes elfas, pero sólo pudo satisfacer a una de ellas y volvió molido. Jhaelryna agarró a Lissander y se lo llevó a una apartada cala, donde el joven soldado quedó escandalizado, pero por otro lado encantado con las artes amatorias de la archimaga, la elfa de nuevo no sintió nada. Hook y Jhaelryna se reunieron de nuevo en la fiesta, apartados en una mesa bebiendo un fuerte licor, y hablando de que ya no eran los que fueron en la juventud, algo deprimidos ambos.



17) Grundik ‘Machacapiedras’: La más reciente conquista de Jhaelryna, Grundik un hermoso pseudogigante con buenos modales aunque algo paleto, apareció en el feudo de Hook tras los pasos de la famosa archimaga, muy interesado en comprarle un gran diamante conocido como el Corazón de Anaxis, que la maga había conseguido en un reciente viaje al Underdark. El insistente pseudogigante la seguía allí donde iba. Esta intentó despistarlo, pero volvió a aparecer cuando la archimaga estaba en Candlekeep con su vieja amiga Mara y una nueva, una drow albina de nombre Nassima, investigando y consultando varios antiguos tomos. El caso es que tras conversar con Grundik, Jhaelryna empezó a sospechar y le miró con un visión verdadera, para ver una enorme y atractiva figura, un ser más grande que un gigante de las nubes. El caso es que terminaron en una posada de Candlekeep donde la archimaga empezó a beber de lo lindo, y a descubrir que el ser, tras quitarse la careta de paleto, era culto, atento, y de una conversación de lo más interesante. Conforme bebía, le iba viendo más y más atractivo, y pensó que podía ser un candidato interesante a hacerla sentir algo, así que sin mucha discreción lo sedujo y ambos terminaron en una celda de Candlekeep, pasando una noche de pasión intensa, para gran gozo de Mara que estaba en la celda contigua, y fue despertada por gritos, jadeos, golpes, arañazos en la pared, incluso un cuadro le cayó en la cabeza. Por la mañana Jhaelryna se dió cuenta de que había sentido placer, bastante placer desde su encuentro con Corellon, y salió corriendo de la celda semidesnuda, gritando de alegría. En su alocada carrera se topó con dos jóvenes novicias de Candlekeep, se paró, despeinada, medio desnuda, con varias uñas rotas y el rimel corrido, y las gritó ‘¡si, si, he sentido placer sexual!’. Las jóvenes novicias por poco se desmayan, y corrieron a avisar de que una elfa loca medio desnuda corria libre por Candlekeep diciendo barbaridades. Jhaelryna terminó su alocada noche en una celda con una halfling que la había liado en la posada, y con la exhaltación, contándole a la pobre halfling su noche de pasión, dando más detalles de lo adecuado por el decoro. La halfling intentaba huir, pero al estar en la misma celda no tenía dónde, y no le quedó más remedio que escuchar los desvaríos amatorios de Jhaelryna.

 

 

martes, 22 de agosto de 2023

DOS SILUETAS NEGRAS

Dos figuras equinas negras cabalgan silenciosamente por el aire, sus impresionantes figuras se recortan momentáneamente contra una gran luna llena, conversan calmadamente entre ellas.

- Vaya hermano parece que la joven Stronghand no pierde facultades, ¿cómo se mantendrá tan joven y lozana? Yo diría que usa algún medio mágico, tiene que ser mayor ¿no crees?-

- Facultades no pierde la joven Stronghand, sin duda hermano usa algún medio mágico, recuerdo que en los archivos de Legnar se mencionaban historias de ella, y no corresponde su edad con su aspecto.-

- Ha sido divertido ver cómo corrían todos esos mequetrefes con los elementales, jajaja.-

- Divertido ha sido, hermano, jajajaja, si no llega a aparecer la joven Stronghand, menuda masacre habría sido, jajajaja.-

- Bueno, ahora que ha advertido nuestra presencia habrá que pensar en nuevas jugadas, y será lejos de la familia, seguro que los deja bien escoltados, y tampoco nos interesa llamar demasiado la atención.-

- Nuestra presencia ha advertido, si, bueno nos hemos dejado ver, me encantó tu detalle al interrumpir sus grandiosas palabras con ña, ña, ña, jajajaja.-

- Oh, ¿y el tuyo?, ¿hermano ese detalle del Pixie enseñando el culo? jajajaja casi me meo de la risa.-

- Más que venganza, esto va ha ser diversión querido, me encanta ver esas caras de desesperación de la joven promesa de Tyr-

- Si, son todo un poema. ¿y cuándo intentó retarnos? jajajaja, ¿se cree que somos tan tontos cómo ella?-

- Seguramente hermano, ya sabes que los guerreros no suelen tener muchas luces...-

- ¿Y cuándo dijo que se iría en peregrinación a autoflagelarse?-

- Ja, ja, ja, para que me meo...fue buenísimo, estos paladines y sus cortas miras, cree que escapando dejaremos de tocarle las narices, lo lleva claro...-

- Bueno ¿entonces a Waterdeep hermano?-

- A Waterdeep entonces, hay que buscar rinconcitos donde a Lady Stronghand la escueza...-

- Sin duda.-

Las dos oscuras figuras continúan a una velocidad increíble surcando los cielos alejándose de las tierras de los Stronghand. En un abrir y cerrar de ojos alcanzan la gran ciudad de waterdeep, transformándose en dos figuras humanoides, pronto se pierden en sus concurridas calles.

Unos días después, se forma un gran revuelo entorno a la famosa sastrería de Filibert Ridentrop, que tan de moda puso Aura tras hacerle algunos encargos. La mismísima Lady Stronghand acompañada de un elfo con ojeras y amplia mandíbula entran en el establecimiento. Se forman pequeños corros por la calle, se extienden rumores y habladurías.

- ¿Habéis visto? Lady Stronghand vuelve a su sastre favorito, seguro que le va ha encargar el vestido de bodas.-

- Seguro, seguro, pero ¿por qué le acompañará ese elfo?-

Un tercero se une a la conversación, bajando la voz.

- Ese elfo el Lord Hook, yo le vi en unas justas, y sin duda es él, esa mirada ida y esa mandíbula, sin duda os digo que era Lord Hook.-

- He oído que ahora comercia con vinos.-

- Seguro que son aguados o robados.-

- Pues parece que son muy amigos Lady Aura y Lord Hook, iban de la mano.-

- Ja, ja, ja, seguro que Lady Aura quiere probar o aprender antes de la noche de bodas, ¿qué mejor profesor en las artes amatorias que un elfo?-

Los rumores siguen, y pronto corren por toda la ciudad, la historia va cambiando y se va acrecentado, cada vez con más detalles escabrosos, y totalmente falsos, pero así son los rumores.

En la sastrería:

- Lady Stronghand, qué honor teneros en mi humilde establecimiento de nuevo ¿un té de hierbas?-

- Oh, muchas gracias, maese Filibert, me encantaría.-

- Veo que venís bien acompañada, ¿ambos necesitáis trajes?-

El elfo habla despreocupadamente mirándose en un espejo.

-La verdad es que no venimos a por trajes, ¿verdad querida?-

Aura se pone algo roja.

- No, la verdad es que venimos a hacer un encargo más delicado querido Filibert, y confiamos plenamente en tu discreción.-

El halfling se hincha de orgullo y sonríe amablemente.

-Por supuesto, Filibert es todo discreción, ¿en qué puedo ayudarles?-

Aura se pone muy roja, y dice:

- Bueno, la verdad es que necesitaría ciertas piezas de lencería fina.-

Y Hook continúa:

- Y unas finas cintas de seda con correas, todo de la mejor calidad.-

El pequeño halfling los mira con la boca abierta, y se le abre aún más cuando el elfo le describe detalladamente cómo debe ser la lencería, que es de todo menos discreta.

- Bu..bu...bueno, haré todo lo que pueda Señores, necesitaré un poco de tiempo, por la seda, pero creo que puedo hacerlo.-

El elfo esboza una gran sonrisa y deja una bolsa en el mostrador que tintinea.

- Un pequeño adelanto, cuando el encargo esté listo enviadlo sin dilación al nuevo templo de Tyr, para que mi querida amiga Aura pueda disponer de ello, le pagarán el resto allí.-

- Gracias Milord, me pongo con ello de inmediato.-

Los dos famosos héroes salen de la pequeña sastrería muy sonrientes, Aura cogida amorosamente del brazo de Hook, saludando amablemente a los viandantes, dejándose ver y despertando aún más rumores y chismes por toda la ciudad, hasta que finalmente se pierden en una serie de estrechas callejuelas, hasta quedarse solos. Lentamente se transforman en dos imponentes figuras equinas. Una de ellas se hace un enorme pis que inunda media callejuela.

- Ja, ja, ja, ja, ja, no puedo más hermano, ¡ésto va a ser la bomba!-

- Ja, ja, ja, ¿viste la cara del halfling cuando le describí la lencería y demás utensilios?, creí que se desmayaba, ja, ja, ja...-

- No nos podemos perder cuando llegue el encargo al templo.-

- Sin duda hermano, estoy deseando ver las caras, sobre todo la de Lady Stronghand.-

- Y seguro que un halfling es de una discreción esquisita...-

- Ja, ja, ja, ya debe saberlo media ciudad, ay, ay, que me meo otra vez, ja, ja, ja...-

Las dos inmensas figuras, vuelven a cambiar de aspecto y se pierden de nuevo en las calles de Waterdeep...

domingo, 2 de julio de 2023

MANEJANDO LOS HILOS

Una bella sala decorada con frescos de papiros y escenas de todo tipo de la vida cotidiana de Mulhorand, una figura delgada, calva con tres circulos azules en la frente estudia una serie de papiros sobre una gran mesa, las puertas se abren de golpe, y entra una bella mujer mulhorana con el mismo aspecto que el estudioso, no parece contenta a pesar de disimularlo con buenos modales:

- Su eminencia Imteb, deseaba hablar con vos...-

- Su eminencia Liseth, que honor honrarme con tan pronta visita, ¿a qué debo...?-

 La mujer interrumpe.

- Dejad el almíbar para otros eminencia, ese movimiento no fue especialmente sutil, y pusistéis en peligro la misión y a los jóvenes sacerdotes, no creo que fuera la mejor de las ideas enviar esos trolls para hacer nuevas amistades...-

- Ah, es por eso, bueno no os preocupéis, estaba todo controlado, era una cuestión de tiempos, era necesario unir a nuestra pequeña delegación a los enanos, y que confiaran en ellos de manera rápida y efectiva, y funcionó ¿no creéis?-

- Funcionó si, pero arriesgastéis las vidas de los jóvenes, no dudo que la bestia de Neith puede con un par de trolls, pero los muchachos...-

- Bueno, bueno, no os sulfuréis mi querida Liseth, en caso de que hubieran corrido algún peligro los trolls habrían huído sorpresivamente...-

- No dudo de las dotes que os confiere el gran Thot, pero fue una jugada arriesgada.-

- El tiempo no juega en nuestro favor, hasta que no sepamos que traman esos malditos magos rojos, seguro que nada bueno para ir tan lejos tras unos enanos desarrapados...-

- En eso estamos de acuerdo. Bueno, sea como sea, vuestra jugada ha resultado, y ya están con los enanos, dejemos que su eminencia Neith se encargue del resto, afortunadamente lleva a los jóvenes para que haya un poco de cabezas pensantes...-

- Desde luego, los seguidores de Anhur no se caracterizan por su intelecto y sutileza, nuestros muchachos se encargarán de eso, y por cierto se han unido a una vieja conocida, esa hechicera bérbara que logró hacerse con nuestros preciados secretos en la magia...-

-Mmmm, Jess de Arabel, la recuerdo si, nunca me ha gustado ese trato de favor que se le ha dado.-

- A mi tampoco, pero ya le he dicho al joven Sesostris que mantenga los ojos bien abiertos, y si se entera del uso incorrecto o peor aún, que los conjuros puedan caer en más manos nos informe de inmediato.-

- Me parece bien, le enviaré un mensaje similar a la joven Ank-Sil, cuatro ojos siempre van mejor que dos.-

- Me parece estupendo, no me parece buena idea que una extranjera tenga acceso a nuestros secretos.-

- Y ahora que todo está tranquilo, ¿un té querida?-

- ¿Por qué no?-

Ambos sacerdotes inician una amigable discusión sobre teología, sin más roces tomando un delicioso té con dátiles.

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Una lujosa habitación en una lujosa posada, se oye lejana una agradable musiquilla, una imponente figura femenina pasea por la habitación de manera nerviosa, ensimismada en sus oscuros pensamientos. Es una bella mujer de grandes ojos almendrados, la cabeza afeitada y dos pequeños tatuajes bajo los ojos.

- Maldita, maldita sea, y ahora a ver qué le cuento a la Vieja, y lo peor de todo ya sabrá casi todo, como casi siempre, la que me espera...bueno no demoremos lo inevitable...-

Con sumo cuidado enciende una vela negra sobre una elegante mesa, realiza un ligero gesto y la llama se vuelve azul, sumiendo la habitación en el silencio, la musiquilla lejana se deja de escuchar. Saca un pequeño espejo, que tras otro rápido encantamiento se vuelve enorme, del tamaño de una persona. La bella mujer, realiza otros complicados gestos con sus bellas manos, y lanza un polvo brillante sobre el espejo, en el que inmediatamente se va formando una imagen. Es una anciana, de penetrantes ojos, y un elegante y sencillo tatuaje le cruza su ojo derecho, está fumando una larga y seguro que cara pipa de marfil, y mira directamente a la bella mujer a través del espejo, que está postrada sobre una alfombra con la frente en el suelo.

- Maestra...-

- Ah, joven Cayetanax de la casa Alvaar, esperaba que contactaras, y me da que no me vas a dar buenas noticias, cuando empiezas con tanta ceremonia...¿y bien?-

La mujer se incorpora, y con suma cautela y voz dulce comienza a hablar:

- Maestra, temo que he encontrado más problemas de los esperados, como dijistéis los enanos llegaron a la ciudad y después fueron al campus de la Universidad del Cisne Plateado, por los Dioses esa elfa regordeta qué nombres usa más rebuscados...-

- Déjate de rodeos...-

- Si Maestra, el caso es que los enanos son acompañados por tres sacerdotes de Mulhorand, y han contactado con una poderosa hechicera de estas tierras, una tal Jess de Arabel es su nombre...

La anciana tuerce ligeramente el gesto, pero espera que la joven mujer continúe con un ligero asentimiento.

- El caso, Maestra, es que tenía que tantearlos, les lancé a todo un barrio sobre ellos, para ir viendo cómo se manejaban, los sacerdotes hay dos jóvenes que no son una gran preocupación, pero la mayor, es una sacerdote de Anhur creo, y esa si es de preocupar, además la hechicera mostró grandes habilidades, es rápida e inteligente en el modo de tocar el telar. Viendo que iban a resultar una molestia decidí eliminarlas y sustituirlas por unos convincentes dobles, pero resultó...-

- Qué no calculaste bien su grado de poder, ¿me equivoco muchacha?-

- No Maestra no os equivocais, envié el constructo metálico para acabar con ellas, pero esa maldita hechicera logró destruirlo y...-

La vieja se atraganta con el humo y tose, después grita:

- ¿CÓMO? ¿HAS PERDIDO A MI PEQUEÑO MERCURIAL? ¿SABES LO QUE CUESTA UNO DE ESOS CHISMES? ¡ME CAGO EN TODOS LOS MALDITOS MULHORANOS Y SUS AMIGUETES!-

- Maestra no pensé que pudieran terminar con el constructo, creo que tuvieron suerte y...-

La mujer está pálida ante la dura mirada de la anciana, que la mira como si mirara a una cucacaracha a la que está a punto de pisar.

- Bueno joven Cayetanax, lo hecho, hecho está y ya no tiene remedio, pero esos constructos cuestan fortunas maldita sea, no son para ser empleados a la ligera. Otra cosita, un defecto muy común en la gente bella como tu, os encanta mostraros, enseñar esas bellas caras y figuras que tenéis, la belleza es efímera joven pupila, se qué te mostraste ante ellas, un gran error por tu parte, si te envío a ti, es porque eres sutil, y sueles actuar bien a la sombra, me estás decepcionando y ya sabes lo que pasa cuando se me decepciona ¿verdad?-

La anciana levanta dos dedos con una perfecta manicura de color negro, y la joven cae sobre la alfombra retorciéndose de dolor, la anciana sonríe y mantiene el castigo hasta que la mujer suplica.

- P...p...por favooor, Maestra...yo...yo...-

La anciana baja los dedos y la mujer queda de rodillas, pálida y sudando.

- Bien muchacha, creo que ya has comprendido, este asunto es importante para mi, por eso te envié a ti. Sé más sutil, y evita enfrentamientos con esos sacerdotes y con la hechicera esa de tres al cuarto, voy a investigar un poco a ver quién es, esa tal Jess, me suena el nombre, pero no sé de qué...procura seguir a los enanos de cerca, intenta unirte a ellos si es posible y si no simplemente síguelos. Sea como sea debes llegar a su ciudad, si mis sospechas se confirman, puede que encontremos algo interesante.-

- Como ordenéis Maestra, pero en caso de problemas necesitaré algunos refuerzos, no creo que yo sola pueda con todos ellos.-

La anciana la mira con cierto desprecio pero a la vez comprensión.

- Claro, claro, lo tuyo no es el combate directo, nunca te ha gustado ¿verdad?, bueno ya te enviaré a alguien de confianza, y mientras tanto toma ésto y hazte con chsuma de la zona. Pero por el momento no hagas daño a los enanos, me interesa que lleguen de una pieza a su ciudad ¿estamos?-

- ¿Todos los enanos?-

La anciana medita unos segundos.

- Bueno, todos, todos la verdad es que me importa poco, pero el que lidera la expedición, ese tal Bondir si debe llegar de una pieza, ¿entendido?-

- Cómo el agua clara Maestra.-

La anciana lanza una bolsa a través del espejo que se estrella en el suelo con un tintineo.

- Para imprevistos, y no me hagas perder más oro, sabes que lo detesto.-

- Maestra, os haré recuperar vuestras inversiones con intereses, como siempre.-

- Espero que así sea, ahora tengo que dejarte joven Cayetanax, no más decepciones.-

El espejo se oscurece, la mujer lo vuelve a encojer y guardar, apaga la vela negra y vuelve a escucharse la sutil musiquilla de la posada.

- Dioses, ha sido mucho menos de lo que esperaba, la Vieja se las sabe todas, maldita sea. Creí que me iba a despellejar o algo peor, ha habido suerte, bien pues entonces a trabajar, esa perra hechicera chapucera ha tenido suerte, la próxima vez, ¡veremos si se puede medir a Cayetanax Alvaar! Le debo una ración de dolor que he recibido por su culpa.-

La mujer con un rápido gesto cambia su aspecto y abre la puerta, querido, un hombre joven y guapo espera en la puerta...

- ¿Chi?-

- Verás estoy agotada, me preguntaba si me ayudarías a hacer las maletas, tengo que partir mañana...-

- Claro, faltaría mach.-

El joven entra en la habitación y mientras Cayetanax se sienta en un confortable sillón comienza a doblar y empaquetar túnicas, y guardar otros utensilios bajo las directrices de la bella mujer que no deja de sonreírle.



                                                Cayetanax Alvaar